¡Qué triste realidad la de ser español! Los políticos nos decepcionan porque nos convencieron de que estaban en la Política por una verdadera vocación de servicio al pueblo, al ciudadano. Y resulta que sirven a todos menos a nosotros: al FMI, a los Mercados, a las instituciones financieras, a la Troika, a los hombres de negro, a la Merkel, a Bruselas y a quien haga falta pero siempre antes que a nosotros, los ciudadanos de España “paga-fiestas ajena». No digo yo que no deja de ser inapropiado esto de meter a todos los políticos en el mismo saco. Ya sé que generalizar es un tanto injusto. Deberíamos meternos todos en ese mismo saco. Lo merecemos.
Ahora nos llega la subida del recibo de la luz. Pero si no quieres tener luz eléctrica y te gastas un pastón en producir tu propia luz con paneles solares o lo que sea, te cobran igual. El caso es que la Eléctricas sigan chupando del bote del ciudadano. La Universidad será para los ricos, como debe ser porque es tan natural como la percepción del Poder con el que Dios bendice a la derecha conservadora.
Los móviles son los más caros de Europa porque somos un pueblo latino, de sangre caliente y muy mediterráneo aunque vivas en Barco de Valdeorras: nos encanta hablar y que nos hablen. Pues, venga, a pagar por ser como somos. La gasolina y el diesel tienen tantos apaños entre las compañías para fijar precios mínimos, o sea, máximos para nosotros, que hasta una incompetente institución estatal que trata de la competencia se da cuenta.
Las diferencias entre carros de la compra, según donde se compre, es espectacular. La I+D+i es un gasto que nunca se ha considerado inversión. Los falsos taxis del Aeropuerto de Madrid esquilman a turistas verdaderos. Las bandas de carteristas le han dado renombre mundial al Metro de Madrid y a los 500 metros de las Ramblas de Barcelona. Algunos consideran a Bárcenas un “héroe” mientras las comisiones de reputadas empresas de construcción encarecen las obras “públicas” que pagamos todos.
Un yerno Real se hace de oro utilizando las siglas ONG. Una ministra de sanidad cree que los Jaguars no están ya en la naturaleza pero sí en su garaje. La sanidad pública la defiende una empresa privada y, hasta el agua que está ahí desde que el mundo es mundo, creen que pertenece a un partido político que es capaz de privatizarla porque.., porque… ¡y yo qué sé!
Pero, si llamas a un fontanero o cerrajero por una emergencia, podrías asombrarte de su presupuesto para el arreglo. Llama a 3 y te reirás en vez de llorar: no coincide ninguno, pero puedes elegir entre el caro y el barato. Vete a un taller mecánico a que te pregunten ¿con IVA o sin?. Cómprate un polo de algodón un día antes de las rebajas y date cabezazos el día después. Es como si nada fuera real y todo una gran mentira.
Cuando hay papeles, recibos, entregas de dinero documentadas y reparto de sobres sólo hay que repetir hasta la saciedad “es todo falso” ó “es mentira”. La corrupción se ve sólo en el opositor porque para el denunciado todo se resumen en “una sarta de mentiras y calumnias de las que se quiere hacer una causa general contra este partido intachable”. Nadie da la cara y la mayoría parlamentaria sirve para abortar comparecencias y explicaciones. Hemos descubierto e introducido un nuevo método de presencia política en el más grande nivel, el de la Presidencia del Gobierno, que nos dejó “plasmados”.
El Tribunal Supremo decide que Matas es culpable pero que 6 años de cárcel es mucho para los méritos del personaje y lo “recorta” a un embarazo de 9 meses. Barcina, la de Navarra, se libra. El presidente del Tribunal Constitucional, que debe resolver sobre temas de tal naturaleza, es un miembro del partido que tiene que juzgar. Y no es ilegal o irregular, aunque tampoco es ni ético ni razonable. Todo es falso, todo mentira. Menos comprar comida con una tarjeta encontrada: eso se paga con 1 año y unos cuantos mese de cárcel. El que delinque paga porque la justicia es igual para todos, aunque lo es más para otros que son más iguales que otros.
Casi 30 años de Cooperación Internacional nos han demostrado que nuestros dirigentes nunca, repito, nunca, han creído ni en cooperación ni en solidaridad, que todo ha sido un “postureo” pero que, al fin y a la postre, ahora sabemos como ayudarnos a nosotros mismos después de tantos años de prácticas con otros. La palabra ONG, se puede aplicar a cualquier organización civil. El Tajo Inglés y el Banco Pastón son también organizaciones no gubernamentales ¿no?
En el extranjero no se creen lo estúpidamente dóciles que somos. Pero las encuestas nos dicen que en las próximas elecciones tendremos más de lo mismo, o de los mismos. En fin, un día despertaremos. O mejor aún, un día les despertaremos para decir: ¡ya está bien!
Aldea Gala 